
Y uno de los
lugares donde se llevan acabo todas las tropelías imaginables es, el Mercado de Abastos de
Chicago.
Aquí es donde se
decide el precio de los alimentos en función de criterios que nada tienen que ver con
la supervivencia o el bienestar de la población.
En este lugar se
dan cita unos individuos que responden al nombre de “analistas de materias
primas” que se jactan de su capacidad
para generar ingentes cantidades de dinero en un tiempo
record y sin importar el cómo. Hasta el punto de denominar “efectos colaterales” a las
hambrunas que se están padeciendo por ejemplo, en el cuerno de Africa.
Algunos
afirman que el tan cuestionado cambio
climático está teniendo que ver en dicha problemática pero,
lo que no es cuestionable es que la especulación incontrolada con tan sensibles materias
tiene un efecto devastador en la supervivencia de una población que ha visto incrementarse
un 100 por cien el precio de la harina, que es su principal sustento.
Los
eufemísticamente apodados analistas de materias primas se limitan a multiplicar
sus beneficios y los de
los inversores que les han dado su
confianza-dinero.
Y este es un punto
en el que me quiero detener. ¿Sabéis quienes son esos inversores?. Pues en muchas
ocasiones, nosotros. Cuando contratamos nuestro plan de pensiones, de ahorros o hacemos
una pequeña inversión en algún producto financiero etc, ¿nos paramos a preguntar cómo
consiguen darnos una cierta rentabilidad en gran parte de los casos?. Ya sabéis la
respuesta: especulando.
Ya que hemos
permitido que nuestras vidas giren en torno al dinero, creo que sería lógico esperar que
lo utilicemos lo más conscientemente posible.
Mi intención al
escribir esto no es únicamente denunciar estas
maneras de proceder que van
solapadas con nuestra " activamente inactiva" colaboración sino,
también proponer.
Denunciar es
relativamente fácil pero pienso que debemos afanarnos no sólo en denunciar sino, en
acostumbrarnos a proponer alternativas pues sino, caemos en ese penoso “no hay nada que hacer” que
ya ha afectado a todo lo que queda fuera del radio de acción de nuestros brazos..... A cada
traba a cada pero, una alternativa. Como poco, será un buen ejercicio mental.
Imaginaos que
pudiéramos conocer el recorrido de nuestro dinero, el cómo consiguen esa
rentabilidad prometida y poder decidir
si ese modo es el modo en el que quiero
aumentar mi capital.
Imaginaos que cada
vez que nos conste que tal o cual empresa utiliza métodos de
producción contaminantes, paga sueldos miserables a sus trabajadores , o que los mantiene en
condiciones deplorables, la excluyéramos automáticamente de nuestra cesta de la
compra…sinceramente, yo no veo esto dificil ni descabellado.
Poner atención en
la manera en la que gasto mi dinero. Decidiendo con criterio cómo lo empleo teniendo en
cuenta la diferencia entre dinero, y riqueza para la sociedad…. Este proceder provocaría
una criba natural que haría que cualquier empresa que pretendiera triunfar, debiera
ceñirse a un criterio derivado de una sociedad crecientemente madura.
Ya ha comenzado a
visibilizarse un modelo de banca no especulativa, que invierte en la economía real, esa
que puede generar riqueza y que urge potenciar porque, tal como vamos, la vida sólo
valdrá la pena, si te la puedes pagar......
Dédalo
Dédalo
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