Democracia Real Ya

El domingo 15 de mayo de 2011 tuvo lugar en gran parte de la geografía española la convocatoria de Democracia Real Ya.
Decidí acudir a la celebrada en mi ciudad más por una mezcla de curiosidad e insatisfacción que por simpatizar con las reivindicaciones del colectivo, y me alegró comprobar que la mayor parte de los allí congregados eran un grupo heterogéneo de personas compuesto por madres y padres con niños, abuelos ,abuelas, gente de mediana edad y sobre todo jóvenes, unidos más por el hartazgo y la anteriormente citada y compartida insatisfacción, que por otras consideraciones.
Nunca había formado parte de algo de esta naturaleza y reconozco que me gustó la experiencia, fue como asistir al parto de algo difuso y concreto a la vez. Concreción en cuanto a que se buscaba algo y difusión en cuanto a lo que se buscaba.
Tras la lectura del manifiesto llegó la hora de los testimonios personales de los ciudadanos asistentes que escuché con atención. Como se puede imaginar, hubo todo tipo de exposiciones, pareceres y visiones que en su mayoría comenzaban con un : "Estoy hasta los cojones" pero, lo que verdaderamente me llamó la atención de dichos testimonios, fue la total ausencia de autocrítica o cuestionamiento del papel que ha jugado la sociedad en el devenir de la historia que nos ha traído aquí. Creo que es importante señalar que esos políticos y banqueros tan denostados, no nacieron en una pecera, son parte de la sociedad, una emanación de ella.
Por lo tanto la sociedad y el sistema están íntimamente vinculados. Sólo uno de los múltiples testimonios hizo alusión directa a la manera individual que tenemos de proceder y que tiene mucho que ver con el actual estado de las cosas. Muchas de las reivindicaciones (sino todas) ya eran necesarias hace muchos años. Nos apresuramos a criticar todo este tiránico tinglado económico pero, hasta que no ha afectado a nuestra situación individual no hemos reaccionado, con lo cual, ya tenemos algo fácilmente identificable del tinglado "circulando por nuestras venas"....Por otro lado pienso que pedir a los mantenedores del sistema que lo cambien, es de una candidez que casi produce ternura. Creo que para producir un cambio importante, hemos de trabajar dentro y fuera. En la responsabilidad y en la exigencia. Si damos un pasito atrás y vemos desde una perspectiva más amplia el cuadro de la crisis, se observa con claridad que no es sólo económica, de hecho, la economía es el síntoma de algo más profundo. Es la crisis de un modelo, y pese a que lo que se expresó, básicamente parecía circunscribirse al ámbito de lo económico-político , se podía sentir el anhelo de algo que iba más allá, nacido de una insatisfacción cuyo origen deberíamos identificar en cada un@ de nosotr@s para poder llevar a cabo una acción realmente efectiva.  
La clase política está tan desconectada de la realidad social que no ha entendido nada del mensaje, unos se han apresurado y limitado a tildarlo de movimiento de extrema izquierda y otros, han pretendido explotarlo como un nuevo caladero de votos. Quizá llegue el día en que alguien comprenda que la política debe ser algo con vocación de servicio, no una profesión y aún menos, una “casta” con sus propios intereses, sólo así se podrá canalizar la inquietud de la sociedad pero, para que nuestros políticos lleven acabo acciones maduras, se necesita previamente una sociedad madura.
Realmente ya disponemos de los medios para comenzar dicha transformación sin tener que pedir permiso a los que precisamente están cómodos con las cosas tal y como están. Sólo falta que nos demos cuenta de que están ya en nuestras manos y aprendamos a utilizarlos. Una de las fórmulas más efectivas es la utilización consciente de nuestros recursos individuales por ejemplo, del dinero. La utilización racional, ponderada y responsable de nuestro dinero en coalición con la identificación de nuestras verdaderas necesidades, tendría un larguísimo alcance y sería capaz de reconfigurar todo el marco político y económico pues al final, somos la sociedad la que lo mueve todo, los grupos de poder estarían limitados por el horizonte de la madurez social y no tendrían más remedio que adaptarse, a la inversa de lo que ahora sucede.
Hay muchos conceptos que redefinir o en los cuales innovar, ideas nuevas que exponer, debatir, cribar pero, en cualquier caso, el movimiento nacido el 15 de mayo y otros semejantes quizá sean el germen de algo más grande que tod@s, de un modo u otro, consciente o inconscientemente deseamos .
Pienso sinceramente que debemos estar muy atentos a su evolución, comprendiendo que es algo absolutamente nuevo que necesitará vivir su propio proceso hasta ir tomando forma y no apresurarnos a juzgarlo y defenestrarlo antes de tiempo.
Dédalo

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