El otro debate

Tras los acontecimientos acaecidos tanto en Japón como en el mundo Ärabe, el debate energético se ha visto relanzado.
Las revueltas en Oriente Medio han sumido al precio del crudo en oscilaciones impredecibles, y el desastre nuclear de Fukushima ha puesto definitivamente en tela de juicio la viabilidad de las centrales nucleares como fuente segura de producción de energía.
Ambos hechos nos llevan a considerar más que nunca la posibilidad de continuar avanzando en el desarrollo e implantación de las denominadas energías limpias pero, en mi opinión, antes de decidir qué modelo de producción de energía queremos, debemos responder a una pregunta que abre un nuevo debate y que desde mi punto de vista es tan o más importante que el energético: ¿Deseamos seguir consumiendo 6 veces más de lo que necesitamos?.

La respuesta a esta pregunta además de retratarnos, serviría para determinar la distribución de porcentajes de utilización de unas u otras alternativas dentro del mix energético pues, sabemos que las energías limpias aún tienen un largo camino por recorrer y por si solas, están muy lejos de lograr la eficiencia energética necesaria para lograr calmar nuestro apetito.
Tras años de consumo desaforado y en constante expansión, hemos desterrado la palabra "moderación” de nuestro léxico sin considerar el enorme gasto energético exigido por nuestro modo de vida y el expolio continuado de recursos al que sometemos al planeta.
La energía no sólo se utiliza para tener luz, transporte etc, también se utiliza para transformar materias primas en productos manufacturados, y aquí, hace acto de presencia una cuestión en la que me temo que no hemos reparado con la seriedad que exige. Aún en el caso de que consiguiéramos un sistema energético limpio, sostenible e inagotable, continuaríamos teniendo un problema insostenible. Los recursos son finitos.
Un sistema energético inagotable combinado con un consumo sin medida  y unos recursos limitados, conduce inevitablemente a una situación de colapso. Así que aunque huyamos sistemáticamente de la realidad, esta es muy tozuda y volverá a posicionarse frente a nosotros una y otra vez y cada vez con mayor frecuencia.
Por lo tanto, antes de decidir qué tipo de energía deseamos consumir, hemos de comprender que el nivel de consumo de materias primas actual, no es viable. Y me siento extraño al pensar que algo tan necesario y beneficioso como la utilización de energías respetuosas con el medio ambiente, sirva para impulsar algo tan nocivo para el planeta como nuestro modo de consumo.
Nos pongamos como nos pongamos, todo está conectado y cuestiones de esta naturaleza han de ser tratadas de un modo global pues, lo que está en juego es precisamente global....

Dédalo

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