Un pequeño gesto

Cada día que accedo a nueva información sobre el vertido de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México, me pregunto hasta cuando antepondremos los intereses económicos a cualquier otra consideración.
En algunos medios de comunicación lo han denominado como “desastre natural”, ¿Natural? Si entendemos por natural la acción irresponsable, la falta de previsión, la ausencia de protocolos de emergencia, el cortoplacismo…. Si. Aún en este momento se desconocen las causas de porqué sucedió la tragedia pero, algunos se dan por satisfechos con saber que alguien va a pagar la factura. Económica, claro está.
La Casa Blanca ha anunciado la paralización de cualquier prospección submarina hasta aclarar las causas del accidente del Golfo de México. Ello implica detener las polémicas prospecciones en Alaska y el Atlántico que autorizó Obama.
¿Alaska y el Atlántico?. Alaska es un auténtico santuario de vida que ya sufrió la peor tragedia ecológica de su historia tras el encallamiento en 1989 del petrolero Exxon Valdez en el arrecife de coral conocido como Bligh Reef , y aún quedan secuelas….
Parece que estamos abocados a repetir “sine die” nuestros errores. Nuestra sed de “bienestar” nos impele a invadir ecosistemas cada vez más frágiles, en los que el equilibrio de la vida es sensible a las mínimas alteraciones y cuyo re-equilibrio en caso de desastres como el anteriormente citado simplemente no es posible.
Ahora surgen con fuerza la voces de aquellos que defienden las energías renovables pero, otra vez nos topamos con el mismo escollo; no son rentables…. Lo que no tenemos en cuenta es que hemos ligado el concepto rentabilidad sólo a la economía.
¿Puede haber algo más rentable que respetar y vivir en armonía con esta tierra que nos acoge?
Seamos responsables e intentemos poner algo de nuestra parte en favor de nuestro hogar .Entendamos que el bienestar no tiene por qué ser siempre etiquetable, medible o comparable y, nunca pensemos que lo que podemos hacer es demasiado poco como para que pueda servir. Mi pequeño gesto, sumado a miles de millones de pequeños gestos, constituirán un inmenso respiro para la tierra y quizá contribuyan a comenzar a derribar la empalizada que nos separa de la comprensión de lo que es el auténtico estado del bienestar.

Dédalo

2 comentarios:

  1. Dédado, me gusta mucho cómo escribes. El proceso que sigues es abierto y creativo. Empiezas reflexionando sobre algo crudo, crudísimo (nunca mejor dicho) y acabas generando esperanza y "bienestar".
    Me sumo a tu gesto.

    Elena

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  2. A mi también me parece interesante la reflexión final y la llamada a la esperanza y a la responsabilidad de cada uno/a.
    Un saludo, Ran

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