Reglas, Límites y Libertad

Antes de comenzar quiero dejar claro que no profeso religión alguna. Tengo ciertas creencias pero, no estoy ni remotamente seguro de nada.
Simplemente soy una persona que nació “después de los dolores” como decía aquel ,y que como otras muchas, fue bautizada. A partir de ahí, la religión siempre me la ha traído al pairo. Hago esta puntualización para no dar lugar a presuposiciones.
He utilizado esta introducción por que quiero comenzar hablando del furibundo ataque al que se están viendo sometidas las personas que practican la religión católica y que me sirve de ejemplo (uno de tantos) para llegar a donde quiero llegar.

El tema concreto de la pederastia no me parece algo inherente a la iglesia sino a la sociedad, otra cosa sería el encubrimiento de tales hechos pero, no es el tema de fondo que quiero tratar y merecería capítulo aparte.
En los últimos tiempos me he sorprendido en diferentes ocasiones en plena defensa del cristianismo y, mis antagonistas, se han apresurado a colgarme todo tipo de etiquetas y a proferir juicios carentes de reflexión y preñados de infantilismo.
Los casos en los que realizado esta defensa han venido motivados por los frecuentes ataques, en mi opinión gratuitos, de los que está siendo objeto el cristianismo ,los católicos y la iglesia que, basándose en esa ignorancia tan de moda y tan nuestra, son todos metidos en el mismo saco.
Veo cómo la generación de mi madre sufre por está “lapidación” pública y constante. Ellos fueron educados en la tradición cristiana y no sólo están satisfechos sino que, además, tienen derecho a estarlo. El primer caso que me llamó la atención fue el de los autobuses municipales (o sea pagados también por mi madre y sus coetáneos) que circulaban con rótulos en los que se podía leer “Probablemente Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida”.
Esto me llamó mucho la atención por lo siguiente, ¿no puedo vender una idea sin pretender agredir a otros? Hubiera sido muy sencillo rotularlos así:“Deja de preocuparte y disfruta de la vida” La idea aparentemente importante queda intacta y no se agrede a nadie.
Este es el punto al que quería llegar. Tanto el catolicismo, como el cristianismo, promulgan unos valores. Puede que equivocados, quizá mojigatos, o quizá no. No quiero entrar en juzgarlos. El caso es que son una especie de pautas de conducta, una especie de reglas para conducirse por la vida de un modo concreto.
Yo soy de la firme opinión de que el ser humano está todavía en un punto evolutivo que dista mucho de su cenit y que necesita unas reglas y unos límites para disfrutar de una convivencia medianamente “civilizada”. Pienso que lo que está siendo atacado no es una religión sino, un sistema de reglas y valores. Todo lo que pretenda regular nuestra anhelada e idealizada “libertad” es atacado. No quiero defender con esto los valores cristianos ni ningunos en concreto pero si, la necesidad de unas pautas de conducta, modos de proceder, reglas o límites que pudieran no estar respaldados por una ideología concreta sino por una comprensión distinta.
Actualmente estamos siendo bombardeados con mensajes de libertad, de vivir la vida intensamente y demás milongas totalmente descontextualizadas y manipuladas. En mi opinión el ser humano actual no sólo no sabe lo que es la libertad sino que la transforma de facto, en libertinaje.
Entendemos la libertad como hacer lo que nos dé la gana. A esta afirmación la gente responde: "no, pero no es eso" pero sí, es eso. Entendemos la libertad como la satisfacción de nuestros deseos. Habrá algunos que no nos atreveríamos a satisfacer pero más por puro prejuicio que por otra cosa. Creo más en el concepto de que la libertad sea un estado, que en que sea el resultado de la satisfacción de unos deseos. Opino que esto último en sí mismo entraña algo que no puede ser libertad y que si hiciéramos un listado de las cosas que haríamos si fuéramos “libres”, podríamos observar más detenidamente esta cuestión.
Confiemos en que la atmósfera de confusión en la que estamos instalados forme parte de un proceso en el que ella es condición sine qua non para llegar a comprender la verdadera libertad, sino, estamos jodidos. Aquí os dejo una impecable definición de libertad dictada por alguien impecable: “La libertad no es para hacer lo que se nos antoja, sino que consiste más bien, en estar libres de todo el tormento de la vida, de nuestros problemas, ansiedades, miedos, heridas psicológicas y de todo conflicto que hemos tolerado en nosotros mismos y en el mundo”.
Dédalo

2 comentarios:

  1. La libertad... ¡que evocadora palabra!"
    Conseguirla es lo dificil. Libertad para ser uno/a mismo/a. ¿Y que es eso? ¿Quien soy realmente?
    Comenzar a ser uno/a mismo/a aunque al principio de tratar de ser libre solo crees obviedades para otros. Sobre todo para los que no se han molestado en comenzar el camino de intentar ver que es eso de ser uno mismo.

    Hay tantos caminos ya descubrimientos
    y tantos caminos ya explicados, que no significan nada hasta que no se recorren...
    y tantos destinos malinterpretados desde la posición de salida, pero que nos ayudan a seguir buscando...
    para encontrar cada vez una nueva comprensión más profunda y sin embargo parcial.

    La libertad... cómo me gusta esa palabra y cuánto me motiva.... y al mismo tiempo qué miedo a ser libre. Ojalá su evocacion sincera tenga el poder de su realizacion".

    Adela

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  2. Yo no creo que la religión católica esté siendo especialmente atacada. Dentro de la religión católica conviven muchas personas, cada una de ellas con una vivencia, con una visión de la historia de Jesús. Lo que llama la atención es que en una institución en la cual está limitada la sexualidad, existan tantos casos de abusos sexuales. Y a mi eso sí me parece relevante. Por los límites que establecen a la participación y reconocimiento de las mujeres, por los límites en la sexualidad, por quererse erigir como la única religión verdadera.

    Por otro lado, estoy de acuerdo en que a la hora de expresar un mensaje lo fácil es hacerlo atacando, como si en la defensa de un ideal necesitaramos ponerlo en contra de alguien, como si no tuvieramos la fuerza, la convicción y el coraje de responsabilizarnos de nuestro ideal.

    Yo siento que la libertad la encontramos cuando despojamos todas las capas que envuelven nuestra esencia. Y cuando caminamos hacia ello, poco a poco, la vamos realizando.

    Un beso, Ran

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