Recursos Naturales

Pensaba acerca de la finitud de los recursos naturales y del peligro que entraña esta finitud combinada con las finitas ansias de prosperidad material del ser humano actual.
Obviamente un sistema depredador que tiende al infinito, ha de colapsar si se provee de recursos finitos.
Y andaba yo en este trance cuando ha caído en mis manos un artículo de un economista que defendía a capa y espada y con una sólida argumentación que este sistema de prosperidad infinita es mantenible.
Aludía a que la historia ha demostrado en numerosas ocasiones que la imaginación del ser humano siempre ha conseguido hallar la manera de satisfacer su demanda de prosperidad, utilizando de un modo cada vez más eficiente los recursos o incluso inventando unos nuevos.

No sé. Pienso que los acontecimientos se están sucediendo a una velocidad que sobrepasa a la imaginación, por lo menos a la mía, por lo tanto ya no confío en ella como único antídoto frente a nuestros dilemas actuales, pienso que hace falta más que imaginación por nuestra parte.
El concepto “prosperar” ha cambiado sustancialmente y ha pasado de ser una inquietud lógica a ser una obsesión.
Nunca tantas personas han estado en situación de acumular tanto y pese a que el argumento del anteriormente citado economista está avalado por la historia, pienso que a lo largo de la misma se ha ido acentuando un fuerte desequilibrio en nosotros en cuanto a nuestra valoración de lo que verdaderamente necesitamos, es más, lo que creemos necesitar se ha convertido en muchos casos en la razón de vivir. Y esto implica dejar de lado cosas importantes, vitales diría, como nuestra singularidad. Algunos antropólogos atribuyen a la versatilidad del homo sapiens la razón de su triunfo sobre las demás especies, sin embargo, no me parece apreciar versatilidad en nuestro modo de desenvolvernos en la actualidad.
Con lo cual quiero decir que somos lo mismo que antes pero no. La imaginación nos salvará como antaño o no…..

Dédalo